Vismar Ediciones, invitó a la presentación del tomo uno de las Obras escogidas de Francisco Alarcón, uno de los poetas venezolanos de mayor reconocimiento internacional.
"Entendemos que el lector exige variedad y en esta primera entrega, precisamente es lo que tratamos de hacer, ofreciéndoles una serie corta de dilatado contenido. Alarcón, quiere ser y lo es, un poeta del todo, con logros y distinciones como el reconocimiento que le hace España, recibiéndole como un escritor suyo (correspondiente al siglo XX y XXI). Al igual que Federico García Lorca no se identifica con su procedencia, es más razonado y piensa en el ser integral.
Vismar Ediciones, una vez más, consecuente a su práctica, trata de escoger lo mejor del estro-poético hispanoamericano para ponerlo a la disposición del público."
Tiempo de reveses
A mi madre
Son tiempos de reveses cuando la carne se encoge y el cuero crece, alargando las venas a la intemperie
Parecieran cauces sin agua, late el corazón débil a ritmo cambiante dirigido al mismo final
De donde vinieron, se ordena la creencia en rumbo útil si es el cielo, en rumbo sutil si es la tierra
En vuelo bajo van planeando buscando la piedra desierta Donde alojarse para siempre cómo la gaviota apremia a los peces
Son tiempos de reveses cuando duelen los huesos Y el pellejo seco los recubre protegiéndoles del relente
Son tiempos de querer más a quien la vida nos da Retrasando su estancia en séneca heredad
Son tiempos de reveses cuando mirando para atrás sienten el desconsuelo del mundo ido y acarician a los hijos decentes.
¿Cuáles son las tres palabras más utilizadas en nuestro idioma?. ¿Patria socialismo o muerte? ¿Paz, democracia y libertad?
No, las tres palabras que usted escucha en el Metro, en las universidades y hasta en los pasillos de las iglesias son: Marico guevón y arrechera. A eso nos lleva la degradación constante del venezolano, por eso un poeta reincidente logra reunirnos cada cierto tiempo, para el acuerdo y la concordia, pero fundamentalmente para el rescate del lenguaje, de la belleza de la fuerza y expresividad de nuestro idioma.
En estos tiempos confusos muchos se han ido, como narraba el gran poeta Andrés Eloy: Estoy pensando en exiliarme, en marcharme lejos de aquí. Imaginaba que sus nietos dirían: El abuelo era un exiliado, el abuelo era un infeliz ,el abuelo no tuvo Patria, no tuvo Patria y ellos sí.
¡Y estamos los que preferimos quedarnos !¿qué nos retiene? Tal vez la edad, o la sequedad de nuestros bolsillos, el verde del Ávila y alguna guacamaya que vuela por los aires nos retiene. Y a pesar de la mediocridad reinante, la fatuidad y una chabacanería que se inhala como los malos olores decembrinos del Guaire, y el tormento al escuchar las tres horribles palabrejas que por respeto a mi misma y a ustedes no quiero repetir nuestro espíritu libertario nos retiene e incita a la lucha.
La poesía de Francisco, los artículos, los blogs, los comentarios nos centran en medio de tanta dispersión.. ¿Para qué sirve un poeta en tiempos decadentes? Pensaba, y recordé una anécdota leída en alguna parte, de un judío que se llevó una servilleta bordada a un campo de concentración. Cada día, cuando comía el repugnante almuerzo, sacaba su servilleta ingería el menjurgue que le daban, esa servilleta lo conectaba con su esencia, y mantenía viva su dignidad.
Así son los poemas de Francisco Alarcón, y estas reuniones de amigos, nos recuerdan nuestra esencia, activan los valores, encienden la solidaridad y nos alejan del mundo hostil y degradante.
¿Puede algún gobierno, dictador, partido , o patán de turno arrancarnos nuestra esencia, cercenar nuestra libertad? Claro que puede, y nuestro deber es luchar cada día para evitarlo, ¿Cómo? Ejerciendo la resistencia activa y permanente como un estilo de vida. Comenzando por nosotros mismo, resguardando en nuestros hogares los libros, las costumbres y los valores de respeto, amor y decencia que nos inculcaron nuestros antepasados.
El mundo anda tan torcido que nos incitan a avergonzarnos de los muebles que entraron uno a uno a los hogares de nuestros padres, de sus desvelos porque fuésemos mejores y más formados y educados que ellos, de los sacrificios que hemos hecho por sacar adelante a nuestros hijos. Ahora el más patán, y el que tenga la boca más sucia, que ni con creolina en la lengua puede limpiar el cerebro, esos son los mal llamados pueblo, y yo me pregunto y acaso el pueblo pobre y decente de Venezuela es eso que nos pretenden mostrar como tal. Eso no es lo que yo he visto, mujeres que saben coser y cocinar dulces en fogones, hombres que tejen redes y reparan las casas, gente que se congrega en iglesias para honrar a Dios.
La Libertad se conquista en la calle Libertad se conquista en un rincón de la calle . La Libertad activa se ejerce en palabras Libertad pasiva en oculto pensar
Recuerdo otra anécdota sobre un preso a quienes desnudaban cada noche y sometían los cancerberos a toda clase de humillaciones, mientras él imaginaba que su espíritu se evaporaba tras las rejas, como guardián de libertad.
Libertad de decir lo que se dice de estarse a diario en el papel, Libertad de muchos en manos de ninguno Libertad la mía que no sabe hacia dónde va.
En los tiempos duros y en los de amor resurgen los poetas. Por eso amigos, sólo participando en redes de libertad, en nuestras casas, en encuentros con amigos, en reuniones de condominio, de vecinos, de escuelas y empresas podemos preservar la libertad que se escatima, o como dice el poeta Miguel Hernández
Para la libertad me desprendo a balazos de los que han revolcado su estatua por el lodo. Y me desprendo a golpes de mis pies, de mis brazos, de mi casa, de todo. Porque soy como el árbol talado, que retoño: Porque aún tengo la vida.
La libertad es, en la filosofía, la razón; en el arte, la inspiración; en la política, el derecho. Víctor Hugo
¿Cuál derechos? Me pregunto, al recordar las atrocidades de los últimos tiempos La libertad es un derecho imprescindible del hombre; es una conquista deseable, pero difícil, que hay que volver a conseguir cada día. André Maurois
Gracias Francisco por recordarnos que la poesía es el mejor camino a la Libertad y porque estos encuentros entre amigos nos sirven para consolidarla.
Rosana Ordóñez
Alucinación
No sé si soy digno de alguna historia o simplemente soy polvo y escoria, mi patria muere sin oír un solo lamento, al derecho o al revés muere una y otra vez
Siento cómo se aleja todo cómo se destruye lo poco creado, la miseria absorbe los días la decadencia se hace rutina
No hay acontecer sino pasar nos envuelve en triste agonía, es a diario ese dolor lacerante que no cesa en instantes,
que corroe la savia en alevosías que cobardemente nos asaltan que nos arrastra sin desagravio que el miedo templa las entrañas
En alma negra y sin cauces para detenerla son dolores sin remedios y en rebeldía, pertinaces como la propia existencia y sin que la muerte nos desvuelva la vida
Francisco Alarcón
El tiempo
En triste empeño vivo aferrado a ti, mensajero desierto Empinado en mirar tus entrañas En el sortilegio de los días
Son muchos los que pasan tus pruebas diarias Entre cóleras y arrebatos Discípulos indiscutibles de ayer Buscando la mano eternamente
La bruja mano que tiende el tiempo y resbala en el escorzo, de la gris esperanza Niebla espesa que cuelga en el espejo de los años Tiempo opaco, que en desdén se retuerce
Mientras yo, tú, invariablemente buscándolo a él En las mejores mañanas, en blasfemas pendencias Siempre quiero lo que veo, no al tiempo imperecedero Oculto y cancerbero. Genio sutil que nos rodea sin pausa.
Francisco Alarcón
Obras escogidas
Tomo Uno de Francisco Alarcón ISBN 978-980-12-3625-2 Depósito legal If 25220088002015
Llegaste
En un día de seda llegaste a mí Casi confundida En la rutina de la vida.
Solo bastó un metro para quererte más Solo bastó un metro para reconocerte mas.
Nos fuimos de recorrido en tan solo cuatro paredes Trepidando con el soplo de placer dejando el cuerpo ardido
Sellando nuestra unión…
Francisco Alarcón
Susana Colucci y Francisco Alarcón
Luego del brindis
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El poeta dedicó los libros
- Con el afecto de siempre
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Maria Eugenia Fossi
Francisco Alarcón conversando con Héctor Pérez Marcano